Este martes, el Vaticano ha informado que el papa Francisco padece neumonía bilateral, una enfermedad que lo mantiene internado en el Hospital Gemelli de Roma desde el viernes 14 de febrero. Este cuadro de infección pulmonar ha generado inquietud mundial, particularmente debido a la complejidad de la situación del pontífice.
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| Qué es la neumonía bilateral: causas, síntomas y tratamiento |
¿Qué es la neumonía bilateral?
La neumonía bilateral es una infección que afecta ambos pulmones. Puede ser causada por bacterias, virus u otros microorganismos, y también puede desarrollarse como consecuencia de enfermedades respiratorias previas o infecciones adquiridas durante una hospitalización. En este caso, la presencia de pus y líquido en los alvéolos pulmonares dificulta la respiración, pudiendo derivar en insuficiencia respiratoria grave.
Según Ana María Putruele, Jefa de Neumología del Hospital de Clínicas José de San Martín: “La neumonía bilateral se desarrolla cuando patógenos como virus o bacterias generan inflamación e infección en los pulmones, llevando muchas veces a la necesidad de asistencia respiratoria”.
Síntomas de la neumonía bilateral
Los síntomas de esta afección suelen confundirse con otras enfermedades respiratorias como la gripe o el covid-19. Entre las señales más comunes se encuentran:
Fiebre alta
Dificultad para respirar
Tos con flema
Escalofríos
Dolor en el pecho o en la espalda
Náuseas o vómitos
Diarrea
Diagnóstico y gravedad de la neumonía bilateral
El diagnóstico se realiza mediante radiografías o tomografías de tórax, junto con una exploración física detallada. Una vez confirmado, se pueden llevar a cabo pruebas adicionales para identificar el tipo de germen causante y evaluar la gravedad de la condición.
En casos leves, el tratamiento puede manejarse de manera ambulatoria. Sin embargo, en escenarios de mayor severidad, como en el caso del papa Francisco, la internación es esencial para brindar soporte respiratorio y administrar tratamientos más intensivos.
Tratamiento de la neumonía bilateral
El tratamiento varía según la edad del paciente, el tipo de microorganismo identificado y la severidad del cuadro. En infecciones bacterianas, por ejemplo, los antibióticos son esenciales. También se utilizan tratamientos sintomáticos, como jarabes para la tos, antifebriles y analgésicos. “En los casos más graves, el ingreso hospitalario permite implementar asistencia respiratoria y monitoreo intensivo”, explica Putruele.
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