El 22 de enero de 2025, un grupo de 41 monos capuchinos, previamente utilizados para experimentos en el bioterio del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC) en Saavedra, fue finalmente liberado y trasladado a Sudáfrica. Este traslado se realizó tras múltiples intentos fallidos y en medio de un litigio legal por maltrato animal. El proceso de reubicación, que se extendió por cuatro años, fue posible gracias a un acuerdo entre el CEMIC, organizaciones holandesas y la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, quienes asumieron el costo del operativo, estimado en más de 200,000 dólares.
Activistas por los derechos de los animales han expresado su preocupación respecto al futuro de los monos y el carácter privado del santuario. A pesar de esto, el fiscal Carlos Rolero Santurian defendió el traslado, señalando que cualquier lugar sería una mejora significativa respecto a su anterior situación en el CEMIC.
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