La Laguna de Ranchos es una cuenca cerrada y arreica, es decir, no cuenta con afluentes ni emisarios naturales. Su principal fuente de agua proviene del escurrimiento superficial de la cuenca y de un importante aporte de agua subterránea. Aunque en la actualidad se encuentra alterada, sigue siendo un cuerpo de agua interesante tanto por su historia como por su biodiversidad.
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| Imagen: Laguna de Ranchos 2024 |
Situada al este del partido de General Paz, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, y al noroeste del pueblo de Ranchos, la laguna está clasificada como un "bañado" debido a su distrofización. Este proceso de deterioro ha hecho que pierda las características de una laguna tradicional, ya que se ha rellenado por sedimentos y sufre de una abundante hidrofítica que cubre gran parte de su superficie.
Una de las particularidades de la laguna es su relación con el agua subterránea. La capa freática, que se encuentra interrelacionada con el nivel de la laguna, se alimenta principalmente por el exceso de agua subterránea. Esto significa que la laguna solo mantiene agua cuando el nivel freático es superior al fondo del cuenco.
Alteraciones humanas y su recuperación
La Laguna de Ranchos ha sufrido modificaciones significativas desde mediados de los años 80, cuando comenzaron las obras para desaguarla. Estas intervenciones modificaron el régimen hídrico, afectando el flujo de agua superficial y provocando la transformación del cuerpo original de agua. Aunque algunas de estas obras fueron parcialmente concluidas en 1995, la laguna sigue siendo un ejemplo de cómo la intervención humana puede alterar los ecosistemas naturales.
Con una superficie de 45 hectáreas y tres isletas de 9 hectáreas cada una, el área acuática restante es de aproximadamente 36 hectáreas. Para recuperar su volumen original, se necesitan realizar diversas obras de restauración. Entre ellas, se destacan las estrategias para manejar las aguas superficiales y subterráneas de manera más eficiente.
Biodiversidad
A pesar de las alteraciones, la laguna sigue siendo un hogar para una variedad de flora y fauna. La vegetación acuática está dominada por especies sumergidas como Ceratophyllum demersum, Myriophyllum quitense y Potamogeton striatus, así como por plantas flotantes como Lemnáceas y Azolla filiculoides. Las especies palustres, como Typha latifolia (totora) y Schoenoplectus californicus (junco), también son comunes en la zona.
La fauna ictícola es limitada, con especies como mojarra, madrecita y tosquero, pero la diversidad es baja. Esto se debe en parte a la competencia con la vegetación acuática, que limita el desarrollo de zooplancton, lo que afecta la cadena alimentaria en el ecosistema de la laguna.
Condiciones del agua
La laguna tiene una profundidad máxima de 1.3 metros (13 decímetros) y una transparencia del agua de 50 a 70 cm. La temperatura del agua varía entre 17 y 19°C cerca de la superficie. La conductividad del agua es baja, lo que favorece las condiciones para el crecimiento de vegetación acuática. Sin embargo, las zonas más bajas de la laguna son especialmente propensas a la invasión por especies de plantas palustres, lo que requiere que el nivel del agua sea elevado para controlar su proliferación.
Un futuro incierto
La Laguna de Ranchos es un ejemplo de los efectos que la intervención humana puede tener en los ecosistemas acuáticos. Aunque las obras de restauración están en marcha, la laguna necesita un manejo adecuado para preservar su biodiversidad y recuperar su equilibrio ecológico.
Fuente: Wikipedia
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